Un ataque cibernético, como el Ransomware, puede infectar una red completa en cuestión de minutos una vez que obtiene acceso a un sistema. Los archivos se bloquearán o cifrarán, mientras que los ciberdelincuentes exigirán el pago por el acceso a sus datos. Si se les paga, estos delincuentes pueden o no proporcionar la solución necesaria. Peor aún, el pago de un rescate fomenta esta actividad maliciosa e incluso puede convertirlo en un objetivo para futuros delitos cibernéticos.